4 
misógino; yo no lo consideraba misógino, 
a  él  le  gustaba  retarte,  fueras  hombre  o 
mujer,  retarte  ¿quieres  esto  por  qué  lo 
quieres?, ¿qué estás dando a cambio?.  Y si 
tu respondías a su reto, era una maravilla. 
Entonces  las  cuatro  Marías,  aunque  se 
quejara, siempre respondimos  a sus  retos, 
de organizar los seminarios como el origen 
de  la  vida  desde  el  aspecto  biológico,  el 
aspecto  químico,  el  aspecto  filosófico, 
entonces,  de  verdad  que  hicimos  una 
cuarteta  maravillosa  y  también  había 
compañeros  ¡eh!  No  nada  más  las  cuatro 
mujeres  también  había  compañeros. 
Entonces  la  Escuela  Nacional  de 
Agricultura me hace sentir que qué bueno 
que estudié Ingeniería Química, pero pues 
no, no era mi vocación creo que nadie a los 
16 años  puede  decir  “yo quiero  ser  esto”. 
Yo  quería  ser  Química  Farmacobióloga 
porque  se  oía  bonito  y  la  Psicóloga  que 
tenía  22  años,  me  dijo,  pero  ¿por  qué 
Farmacobióloga?  Y  entonces  mis 
compañeros que estaban  ahí dijeron: “No, 
no  va  a  ser  Farmacobióloga  va  a  ser 
ingeniera  como  nosotros”  y  entonces  la 
Psicóloga de mi grupo, revisa mi cardex de 
calificaciones y me dice: “Carmen, estudia 
ingeniería  que  eres  muy  buena  para  las 
matemáticas.”  Y  esa  es  la  mentira  más 
grande  de  la  vida;  para  ser  buena  en 
matemáticas debes tener esa capacidad de 
abstracción matemática, y yo no la tengo; 
yo  soy  buena  en  Aritmética,  soy  buena, 
para  hacer  cuentas,  pero  no  tengo 
abstracción  matemática,  pero  de  todas 
formas  estudié  Ingeniería  Química  y  fue 
una etapa maravillosa y cuando yo voy a la 
Escuela  Nacional  de  Agricultura  conozco 
ese mundo maravilloso de la Agronomía y 
de  hacer  equipos  interdisciplinarios  sin 
saber  en  ese  momento,  estábamos 
trabajando  porque  estábamos  enamoradas 
y enamorados de nuestro trabajo. 
Fue una etapa muy bonita en la que 
me hizo reconocerme a mí como maestra, 
pero no la maestra que está en la cátedra y 
dicta  cátedra,  sino  desde  el  principio, 
tratando de hacer ejercicios en donde ellos 
participaran totalmente y la verdad que fue 
una etapa maravillosa de mi vida, y de ahí 
nos fuimos a estudiar el Posgrado y cuando 
regresamos a Veracruz al Centro Nacional 
de  Capacitación  e  Investigación  del 
Desarrollo Agropecuario del Trópico. 
¿Qué función tenía este gran centro? 
Fue  construido  con  fondos  del  Banco 
Interamericano de Desarrollo para que ahí 
estuviésemos  los  técnicos  que  íbamos  a 
capacitar a los extensionistas del programa 
de  Desarrollo  Rural  Integral  para  el 
Trópico. Entonces estuvimos trabajando en 
primer  lugar  en  hacer  diagnósticos  para 
saber  cuál  era  la  problemática. 
Afortunadamente  nuestro  líder  Carlos 
Olguín  Palacios,  conocía  muy  bien  la