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Revista Brasileira de Educação do Campo
Brazilian Journal of Rural Education
ARTIGO/ARTICLE/ARTÍCULO
DOI: http://dx.doi.org/10.20873/uft.rbec.e15035
Politización de las juventudes rurales en el activismo socio
ambiental (Mendoza, Argentina)
i
Carla Daniela Rosales1
1 Universidad Nacional de Cuyo UNCuyo / Universidad Nacional de Córdoba (UNC/CEA), Argentina.
Autor para correspondência/Author for correspondence: carladanielarosales@gmail.com
RESUMEN. El presente trabajo tiene por objeto el reciente
proceso de politización juvenil de les pibes autoconvocades
(LPA) en un territorio rural en el marco de la lucha socio
ambiental. Concretamente el departamento de San Carlos de la
Provincia de Mendoza (en el Valle de Uco) donde allí se viene
desarrollando casi dos décadas de lucha y resistencia contra la
mega minería contaminante, tomando como escudo legal a la
Ley provincial 7722. En torno a esta ley, amenazada desde su
sanción, se aglutina la gran Asamblea por el agua pura
(AMPAP) sostenida por diversas organizaciones sociales
“unidos por el agua”. Nos ocuparemos de LPA en cuanto grupo
autónomo y generador de reivindicaciones que vienen a renovar
el campo del activismo socio ambiental, concretamente el
feminismo y un nuevo debate sobre los bienes comunes
naturales. Este es un trabajo exploratorio, realizado en
pandemia, de diseño cualitativo, que se inscribe en los estudios
de juventud, también rurales y con aportes de la ecología
política. Analizaremos aspectos centrales del proceso de
politización, principalmente su despliegue hasta su avance en el
gobierno local de San Carlos con el logro de la creación de un
Observatorio ambiental en el 2021, experiencia pionera en
Mendoza.
Palabras clave: juventudes rurales, activism, bienes comunes
naturals.
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Politicization of rural youth in socio-environmental
activism (Mendoza, Argentina)
ABSTRACT. The purpose of this paper is the recent process of
youth politicization of the self-convened children (LPA) in a
rural territory within the framework of the socio-environmental
struggle. Specifically, the department of San Carlos in the
province of Mendoza (in the Uco Valley) where almost two
decades of struggle and resistance against polluting mega-
mining have been taking place there, using Provincial Law 7722
as a legal shield. The law, threatened since its enactment, brings
together the great Assembly for Pure Water (AMPAP)
supported by various social organizations "united for water". We
will deal with LPA as an autonomous group and generator of
claims that come to renew the field of socio-environmental
activism, specifically feminism and a new debate on natural
commons. This is an exploratory work, carried out in a
pandemic, with a qualitative design, which is part of youth
studies, also rural and with contributions from political ecology.
We will analyze central aspects of the politicization process,
mainly its deployment until its advance in the local government
of San Carlos with the achievement of the creation of an
Environmental Observatory in 2021, a pioneering experience in
Mendoza.
Keywords: rural youth, activism, natural commons.
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Politização da juventude rural no ativismo socioambiental
(Mendoza, Argentina)
RESUMO. O objetivo deste artigo é o recente processo de
politização juvenil das crianças autoconvocadas (APL) em um
território rural no âmbito da luta socioambiental.
Especificamente, o departamento de San Carlos, na província de
Mendoza (no Vale do Uco), onde ocorrem quase duas décadas
de luta e resistência contra a megamineração poluidora, usando
como escudo legal a Lei Provincial 7722. A lei, ameaçada desde
sua promulgação, reúne a grande Assembleia pela Água Pura
(AMPAP) apoiada por diversas organizações sociais “unidas
pela água”. Trataremos do APL como grupo autônomo e
gerador de reivindicações que vêm renovar o campo do ativismo
socioambiental, especificamente o feminismo e um novo debate
sobre os bens comuns naturais. Trata-se de um trabalho
exploratório, realizado em plena pandemia, com desenho
qualitativo, que se insere nos estudos da juventude, também
rural e com contribuições da ecologia política. Analisaremos
aspectos centrais do processo de politização, principalmente sua
implantação até seu avanço no governo local de San Carlos com
a conquista da criação de um Observatório Ambiental em 2021,
uma experiência pioneira em Mendoza.
Palavras-chave: jovens rurais, ativismo, comuns naturais.
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Introducción
“La lucha colectiva me enseñó desde hacer un compost hasta redactar una ordenanza municipal. Así de
diversa” (Luli, activista socio ambiental.)
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Reconocemos que actualmente los mundos rurales latinoamericanos están fuertemente
atravesados por el avance de nuevas y profundas formas de despojo de los territorios.
Tensiones en torno al avance del extractivismo (mega minería y fracking), las fumigaciones
con agro tóxicos de los cultivos, la contaminación del agua, la apropiación de tierras
campesinas e indígenas, el avance de mega obras, la militarización y represión de vastas
zonas rurales latinoamericanas, son expresiones de los diversos conflictos que allí se
expresan. Frente a ellos, son diversas y numerosas las acciones de resistencia y
enfrentamiento llevadas adelante por las organizaciones y movimientos sociales rurales,
campesinos e indígenas. En este sentido, desde el campo académico latinoamericano
numerosos investigadores han desarrollado trabajos que miran la movilización social en
torno al neoextractivismo y el despojo de bienes comunes naturales en los territorios
latinoamericanos. Tal es el caso de Maristella Svampa (2019) quien se ha ocupado en abordar
las nuevas dimensiones del extractivismo que desembarco en el siglo XXI en la región y de
la gran resistencia social en defensa de valores tales como la tierra, territorio, bienes
comunes, naturaleza. Por mencionar otro aporte, Arturo Escobar (2014) articula argumentos
teóricos y cosmovisiones/narrativas de los pluriversos de luchas, señalando allí la potencia en
la debilitación del proyecto del mundo único y hacer visible las múltiples formas de
mundificar la vida (diversidad en la defensa de montañas, paisajes, bosques, semillas, ríos,
etc.). Norma Giarraca y Miguel Teubal (2013) desentrañaban la trama neoliberal entre estado
y empresas transnacionales a partir de la adecuación legislativa a las nuevas formas del
extractivismo. Señalando como los territorios son disputados económicamente dentro de un
plan de dominación política mundial. Observan también reacción antagonista de actores
sociales que resisten el extractivismo: pueblos originarios, poblaciones campesinas y pueblos
cordilleranos y asambleas del No a la minería a cielo abierto.
En Argentina, a partir de las rebeliones y protestas (Savampa y Teubal, 2007) de
diciembre de 2001
iii
, se abrió un nuevo debate teórico, social y político, respecto a los logros
y las formas de la movilización y protesta social. La posibilidad de una construcción o
emergencia de una nueva subjetividad política a partir desde esquemas autonomistas y
autogestivos, cuyo origen se remonta al clamor popular que se vayan todos, trajo nuevos
aires a la lucha social y política en las calles. Así, se actualizaron y renovaron un repertorio de
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asambleas populares, fábricas recuperadas, piquetes, cacerolazos, que fueron configurando
nuevas formas de hacer políticas en los territorios y que convocaron a las nuevas generaciones
también. De esta manera coincidimos con Vommaro, P. quien afirma que ... durante las
últimas décadas tanto en la Argentina como en América Latina se desplegó un proceso de
politización del espacio que territorializó las prácticas políticas. Esto puede ser interpretado
desde las configuraciones generacionales que potenciaron su emergencia en coyunturas
singulares, a la vez que desde una perspectiva diacrónica que contribuye a la comprensión
integral de este despliegue. Si bien estos rasgos comenzaron a gestarse a finales de los años
sesenta, es en los tempranos ochenta cuando se consolidan y emergen tramando la política
territorialmente situada (Vommaro y Daza, 2016).
Estos cambios fueron produciendo una dinámica de pliegues, despliegues y repliegues,
a la vez que de divergencias, convergencias y emergencias territorialmente situadas que
signaron los devenires de las experiencias de politización generacional en las últimas décadas
(Vommaro, 2017, p. 112). Ya situados en el las primeras décadas del siglo XXI, Carles Feixa
(2021), señala que fue en 2018 que se cumplió el 50 aniversario de 1968, el año que sacudió
el planeta a causa de una explosión de movimientos estudiantiles y juveniles que señalarían la
partida de nacimiento de los denominados “nuevos movimientos sociales” (NMS). El autor
catalán afirma que medio siglo más tarde, nos encontramos ante una nueva oleada de
movimientos de protesta, cuyo precedente más inmediato se produce en 2011 (el año de la
primavera árabe, de los Indignados en España, del Occupy Wall Street en los Estados Unidos
y de varias sacudidas en América Latina (Ecuador, Colombia, Chile), de la Mane colombiana
al movimiento estudiantil chileno) y cuya réplica más importante se produce en 2019.
Siguiendo a Feixa, coincidimos en considerar al 2018 como un año bisagra para los
movimientos juveniles, en especial aquellos vinculados al activismo socio ambiental como es
el caso que nos ocupa: En 2018 además de las conmemoraciones de los sucesos del `68,
tuvieron lugar dos jornadas mundiales que actualizaban dos de los “ismos” centrales de los
NMS: feminismo y ecologismo. El 8 de marzo de 2018, Día Internacional de la Mujer
Trabajadora, se desarrolló una jornada de lucha bajo lemas como #MeToo y #NiUnaMenos,
que tuvo la particularidad de un protagonismo de mujeres jóvenes, adolescentes, que
expresaron una nueva sensibilidad de género y a su vez nuevas formas de manifestarse. El 20
de agosto del mismo año, la joven Greta Thunberg enfrento al Parlamento sueco, iniciando
una huelga de estudiantes por el clima que posteriormente dará origen a #FridaysForFuture,
que pronto se extendió a otros lugares del mundo y despertó un gran impacto en los medios
.
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Los movimientos neofeministas y neoecologista son resultado de reacciones frente a
problemas socio ambientales concretos: femicidio y emergencia climática, impactando en un
cambio de discurso general —equidad de género, decrecimiento—, se desplegaban en forma
de ciberactivismo y tenían como actores de primera la a adolescentes nacidos en el nuevo
siglo —los llamados Millenials—(Feixa, 2021, p. 3).
Cabe preguntarnos entonces, en el marco de los activismos socio ambientales, acerca de
un sujeto social no siempre visible: las juventudes rurales. De allí que nos acerquemos a los
aportes de Modonesi, Massimo, quien en su investigación sobre la generación indignada en
México, señalara algunos puntos que contribuye a nuestra discusión acerca de la militancia
(vinculada a los movimientos sociales tradicionales) y el activismo político (como expresión
de los NMS), nos dirá que:
Entre el militantismo integral y el activismo puntual mediaría, según el sentido común
sociológico, todo un cambio de época y, en particular, de las formas de hacer política: un
relajamiento de los principios de disciplina, deber ser y sacrificio en aras de resaltar la
humanidad de los participantes en la acción colectiva; la sustitución de las lógicas
organizacionales burocráticas y jerarquizadoras por formatos más descentralizados e
informales; una mayor laxitud del compromiso y en la formación doctrinaria; un
involucramiento parcial en términos de tiempos y de vuelco afectivo o pasional; una
flexibilización temática y táctica respecto de la anterior rigidez de programas y proyectos;
una participación intermitente versus el compromiso permanente; una opción por la
resistencia pacífica versus actitudes beligerantes, etcétera. En tiempos más recientes, la
irrupción de las nuevas tecnologías de comunicación agregó un poderoso argumento a la
tendencia a identificar un giro individualista con relación a un paradigma colectivista
(Modonesi, 2018, p. 19).
Es necesario plantearnos aquí algunos interrogantes respecto de la politización
generaciones jóvenes en el mundo rural, en la defensa socio ambiental, específicamente en
una zona de Mendoza. De esta manera nos preguntamos: ¿cómo se posicionan las juventudes
rurales frente a esa conflictivad? ¿Cómo resisten las tensiones en los territorios sociales
rurales? ¿Existen disputas generacionales en el marco de la defensa de los bienes comunes?
¿Qué repertorios de lucha despliegan? ¿Qué nuevos elementos incorporan?. Como pudieron
sostener-acuerpar la acción política durante la pandemia por el covid-19?. Estos son los
interrogantes que guían este trabajo y que pretendemos desarrollar algunas pistas que nos
acerquen a estas construcciones y acciones políticas en los territorios rurales amenazados.
Ruralidades
Antes de profundizar en el caso mendocino, vale situar los procesos mundializados o
globalizados que están reconfigurando a la agricultura en nuestra región. La autora mexicana
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Blanca Rubio nos advierte sobre la transición del capitalismo con cambios que impactan en la
agricultura latinoamericana, señalando dentro de ella dos etapas principales. La primera entre
el 2003 al 2014 en la que predominan mecanismos destructivos de ruptura del modelo
neoliberal. Rubio nos señala que el aumento de las materias primas abrió el cauce a la
expansión del capital sobre los recursos naturales, fortaleciendo así el despojo en las
comunidades indígenas y campesinas, llevando al punto de la defensa colectiva de los
territorios. Y una segunda etapa iniciada en el 2014 y que transcurre actualmente en la que se
vislumbran rasgos del nuevo modelo de acumulación. (Rubio, 2018).
Vale mencionar el trabajo de Carla Gras y Valeria Hernández (2021) quienes señalan
las trasformaciones agrarias vividas por la Argentina en las últimas décadas: la desregulación
política, la apertura económica y la innovación tecnológica, las que se iniciaron a la par de las
reformas estructurales de los 90’. Cabe señalar el efecto del abandono de las políticas
proteccionistas y redistributivas, las privatizaciones de las empresas de servicios y el
desmantelamiento de los institutos públicos de apoyo técnico al agro (Ej. INTA). Y como este
paquete de medidas afectó a las franjas más vulnerables de la estructura social agraria y
fragilizó a los productores medianos que se vieron obligados a adecuarse a las reglas del
nuevo paradigma, el del “agrobusness”. Surgen así nuevas fronteras como la del agroturismo,
biocombustibles, empresas de servicios y se renuevan las identidades de los agentes
económicos en el marco de este nuevo paradigma agrícola (nuevas elites y corporaciones
agrarias (Gras y Hernandez, 2021).
El territorio de la provincia de Mendoza contiene tres oasis: norte, centro y sur, que
concentran población, recursos y servicios. En este trabajo, tomamos de referencia al
departamento de San Carlos ubicado en el oasis
iv
centro, también llamado Valle de Uco. Esta
zona ha tenido un gran despliegue agroindustrial debido a la implantación de vides a gran
altura (producción de vino de exportación de alta gama) en manos de empresas
transnacionales, y la producción de papas y frutales. Es importante el estudio de Larsimont e
Ivars (2021) quienes señalan que los oasis cuyanos se presentan para empresarios locales
capitalizados como punto de anclaje de su inserción en la ecología-mundo. Este profundo
proceso de reestructuración del complejo agroproductivo cuyano se hizo mediante la masiva
inserción de capitales provenientes del sector o extra-agrarios, nacionales y cada vez más
extranjeros, así como con una estrecha relación con la esfera financiera (Larsimont e Ivars,
2021, p. 191). Respecto al sector vitivinícola, los actores más capitalizados consolidaron
progresivamente el giro hacia la llamada nueva vitivinicultura, caracterizada por importantes
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cambios técnicos y organizacionales, y que apunta a la producción de vinos de alta calidad y
alto precio destinados principalmente a mercados internacionales (Altschuler y Collado,
2013). Junto a la renovada vitivinicultura proliferación proyectos empresariales que
combinaron exportación de vinos con actividades turísticas e inmobiliarias de lujo
(Larsimont, 2020) situación que se refleja en San Carlos es conocido también por sus
propuestas turísticas y paisajísticas.
El departamento de San Carlos, población total de 32.631 habitantes dentro de la cual
población rural total representa el 45,7 %, lo que supera ampliamente el porcentaje
provincial del 18,4 % entre dispersa y concentrada.
Cuadro 1 - Distribución poblacional según zona de residencia.
Zona de
residencia
2010
Total
Provincial
San Carlos
Total
1.738.929
32.631
Urbano (%)
80,9
54,3
Rural (%)
3,2
7,0
Rural
disperso(1)
15,2
38,7
-
-
Fuente: DEIE elaboración propia en base a datos del INDEC.
Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesado con REDATAM+SP.
v
El departamento de San Carlos, denota su perfil rural en gran parte con su desarrollo
hortícola, siendo uno de los principales departamentos de la provincia productor de papa,
tomate, orégano y ajo. Por otra parte y como se observa en el siguiente cuadro, llama la
atención un importante descenso de la superficie implantada con hortalizas entre el 2002 y el
2008.
Cuadro 2 - Superficie implantada con hortalizas en el Departamento de San Carlos.
Especie
2002
2008
Total
Provincial
San Carlos
Total
Provincial
San Carlos
Hectáreas
Total
33.921,1
4.432,0
30.548,1
1.166,8
Ajo colorado
5.007,5
1.334,9
4.366,3
95,5
Ajo morado
1.713,3
87,1
4.002,4
33,5
Ajo blanco
1.945,8
37,6
1.741,3
15,0
Tomate cherry
7,2
-
43,5
-
Tomate perita
4.774,9
333,5
3.394,4
70,6
Tomate redondo
424,8
7,4
410,9
1,2
Lechuga morada
539,6
-
346,6
2,5
Papa
4.078,8
880,3
2.795,9
497,8
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Cebolla bulbo
3.142,2
389,9
1.793,4
27,7
Zapallo
2.947,3
781,6
3.165,6
89,6
Zanahoria
2.283,0
185,8
2.446,5
30,3
Resto
7.056,8
393,9
6.041,3
303,1
Fuente: DEIE elaboración propia en base a datos del INDEC Censo Nacional de Población, Hogares y
Viviendas 2010, procesado con REDATAM+SP.
Este perfil hortícola del departamento lo ha convertido en las últimas décadas uno de los
principales receptores de migrantes bolivianos, resultando un polo de atracción en para esta
población debido a la demanda laboral en tareas vinculadas a la agricultura. De acuerdo al
Censo 2010 del total de extranjeros de San Carlos, 1776 personas, 1463 tienen nacionalidad
boliviana.
Cuadro 3 - País de nacimiento de lxs pobladores de San Carlos.
Distrito
Total
Argentina
Otro
país
Total
32.631
30.855
1.776
Chilecito
2.433
2.275
158
Eugenio
Bustos
5.040
4.816
224
La Consulta
11.628
11.301
327
Pareditas
2.397
2.338
59
San Carlos
11.133
10.125
1.008
Fuente: DEIE elaboración propia en base a datos del INDEC.
Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesado con REDATAM+SP.
Por otra parte, predomina en el departamento de San Carlos posee una fuerte identidad
local comunitaria vinculada a la solidaridad y la proximidad de los vínculos sociales, de allí
que sus pobladores se autodenominen entre sí como parientes. Esta expresión, explicada por
lxs mismos entrevistadxs, moviliza entre lxs sancarlinxs adhesiones que promueven la mutua
implicación con lxs problemas de lxs vecinxs, llegando a ser el resguardo del agua pura uno
de los ejes de la unidad de los grupos organizados. En el próximo apartado nos
aproximaremos a la movilización por los bienes comunes naturales de las juventudes en San
Carlos.
Politización de las juventudes rurales del oasis centro
Nos proponemos en este trabajo, a partir de los interrogantes mencionados, abordar la
experiencia de una organización de jóvenes del departamento de San Carlos llamada “les
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pibes autoconvocades,” en adelante (LPA), la cual ha adquirido un reciente protagonismo en
el marco de la Asamblea autoconvocada por el agua de ese departamento y que, además,
forma parte de las Asambleas mendocinas por el agua pura (AMPAP) que nuclea a todo el
movimiento asambleario provincial. Para avanzar en este sentido, nos interesa mirar los
procesos de politización de las juventudes, y para ellos tomamos el aporte teórico de
especialistas de este campo de estudio, que señalan que:
La politización es un potencial u horizonte constitutivo de cualquier vínculo social. Sin
embargo, para atribuirle carácter político a un colectivo y a un sistema de prácticas sociales,
consideramos que es preciso reconocer, al menos, cuatro aspectos:
1) que se produzca a partir de la organización colectiva;
2) que tenga un grado de visibilidad pública (ya sea de un sujeto, de una acción o de una
demanda);
3) que reconozca un antagonista a partir del cual la organización adquiere el potencial
político; 4) que se formule una demanda o reclamo que adquiera un carácter público y
contencioso (Bonvilliani, Palermo, Vázquez y Vommaro, 2010).
Tomando esta referencia teórica, encontramos algunas pistas respecto de la politización
de LPA a partir de las cuales identificamos tres dimensiones que expresan este proceso
iniciado en la AMPAP y que justifica la elección intencional para esta investigación:
- Lograron ganar visibilidad y transcendencia a través de las acciones colectivas,
ocupando e interviniendo los espacios públicos del departamento a partir de la
defensa del medio ambiente y la lucha contra el fracking y la contaminación del agua
pura.
- Son reconocidos, recientemente, por su identidad grupal autónoma respecto de las
asambleas autoconvocadas, configurando así una segregación en clave generacional.
Esto, ha permitido renovar el repertorio de reivindicaciones (socio ambientales)
pugnando por la inclusión de la diversidad sexual, la lucha por la legalización de
aborto y el feminismo. Esta disputa contiene un fuerte cuestionamiento al
adultocentrismo imperante en las asambleas autoconvocadas, mayoritariamente
conformadas por adultes.
- Lograron sostener la acción colectiva en pandemia, ocupando las rutas con caminatas,
también las asambleas, festivales, murales en lugares públicos. Logran así concretar en
2020 un avance parlamentario con la aprobación de la Ordenanza municipal 1853/20
para la creación de un Observatorio socio ambiental en el Municipio de San Carlos.
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LPA pudieron materializar su incidencia sobre el campo de las políticas públicas
locales en la temática socio ambiental que se desarrolló en plena ASPO por Covid
19.
Por otro lado, advertimos la escasez de estudios que visibilizan las acciones colectivas
juveniles en los espacios sociales rurales y mucho menos en la defensa del medio ambiente,
de allí la relevancia de su abordaje en este trabajo. Son numerosos los estudios vinculados a la
defensa del agua y los bienes comunes en Mendoza, Lucrecia Wagner (2012); (2019) quien
se ocupa de analizar el impacto de la mega minería en la provincia y la resistencia de los
movimientos sociales, Facundo Martin ha consolidado con sus estudios en campo de la
ecología política y también ha abordado el extractivismo minero y la problemática del agua
(Martin, 2008, 2013). Gabriel Liceaga y otros (2020) nos hablan de la subjetividad
hidropolitica en el contexto del denominado Mendoaguazo por la defensa de la Ley 7722. Y
Mariano Salome quien también aportado con sus estudios en torno a los movimientos sociales
locales que defiende el agua pura y luchan contra el fracking (Salomone, 2008, 2021). Pero
cabe mencionar que continúan siendo escasos aquellos que se centran en la acción política
de las generaciones jóvenes en el mundo rural, menos aún en la lucha socio ambiental.
Método
Este trabajo es de carácter exploratorio, se inscribe principalmente en los estudios de
juventud y rurales, cuenta también con aportes de la ecología política. Transcurrió entre
febrero y diciembre del año 2021, como parte de los avances del proyecto pos doctoral (Pos
doctorado en ciencias sociales infancias y juventudes de la Red INJU, Manizales, Colombia)
y que ha permitido continuar la línea de investigación sobre juventudes rurales en la provincia
de Mendoza, ya iniciada en el Doctorado en estudios sociales agrarios de la Universidad
Nacional de Córdoba (2018). Si bien nuestro recorrido se ha referenciado en la construcción
social de las juventudes rurales en los oasis y en el secano mendocino, hemos avanzando en la
configuración que adquieren los territorios juveniles rurales (Rosales, 2021) en este caso,
abordando una nueva dimensión, para conocer cómo son habitados y transitados desde los
activísimos y politización en clave socio ambiental.
Así, realizamos el trabajo de campo, por medio de contactos con referentes históricos de
las AMPAP quienes nos confirmaron el protagonismo de este grupo de jóvenes en la escena
local. A partir de allí nos propusimos acceder a fuentes de información primaria y secundaria,
definiendo un diseño metodológico cualitativo, planeado en tres etapas de aproximación, con
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el fin de construir confianza, descartando el contacto personal debido a las restricciones por la
pandemia. La primer etapa, fueron presentaciones por whats app y la elaboración de un
formulario Google, la segunda fue un guión de preguntas abiertas que fueron respondidas por
audios y luego transcriptas y la tercera, una reunión virtual por Meet que fue grabada con el
consentimiento de las y los participantes. Esta reunión se desgrabó y analizó. A partir de allí
se sumaron también datos vinculados la actividad de LPA en las redes sociales. A
continuación desarrollamos las mencionadas etapas en que transcurrió la recolección y
posterior análisis de datos.
En este sentido y debido a las restricciones de circulación por la pandemia, reconocimos
la necesidad de redefinir algunas técnicas de recolección de datos y decidimos
confeccionamos una encuesta que en se envió de manera personal a las y los integrantes de
LPA. Además se rastreó información en las redes de este grupo, como así también notas
periodísticas en diarios locales y tesis de grado vinculadas a este espacio. Con el transcurso
de los meses pudimos acceder al contacto de unas de las primeras integrantes del grupo y
referente juvenil del departamento quien accedió a poder iniciar un intercambio a los fines de
este trabajo. En la construcción de confianza con el grupo, pude acceder a una entrevista
grupal vía Meet, debido a que gran parte de las y los jóvenes habían migrado de San Carlos
por razones laborales. Luego, pudimos acceder a fuentes secundarias de información, como
ordenanzas municipales, registros fotográficos de las acciones de LPA, tesis de grado
vinculadas a la temática, publicaciones en las redes sociales etc. Realizamos un análisis en
función de categorías emergentes tales como: el activismo desde una perspectiva generacional
dentro de la asamblea; la visibilidad de la diversidad sexual en el espacio asambleario, el
sostenimiento del activismo durante la ASPO por la pandemia (COVID-19).
Territorios juveniles rurales y activismo socio ambiental
Reconocemos que lxs jóvenes construyen simbólicamente territorios generacionales
para allí definir sus propias fronteras al interior del espacio asambleario, marcando espacios
propios para ser habitados con sus propios códigos y lenguajes, sin alejarse de la lucha
común. Esta expresión, se ha concretado con la auto – segregación de quienes son
reconocidxs/se reconocen jóvenes originando así un nuevo espacio de lucha, de allí que
hablemos de territorios juveniles, en este caso rurales. Siguiendo el planteo de Mario
Margulis (2008), las generaciones comparten códigos pero cuando coexisten al interior de un
grupo social, buscan diferenciarse, así observamos como las diferencias generacionales se
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expresan bajo la forma de dificultades y ruidos que alteran la comunicación y constituyen
abismos de desencuentro entre quienes no comparten esos mismos códigos.
Pensamos esta construcción desde lo que Margulis (2008) llama el hecho generacional,
que es entendida como… la circunstancia cultural que emana de ser socializado con códigos
diferentes, de incorporar nuevos modos de percibir y de apreciar, de ser competentes en
nuevos hábitos y destrezas, elementos que distancias a los recién llegados de del mundo de las
generaciones más antiguas (Margulis, 2008, p. 19).
Entendemos que en el caso del estudio de la juventud rural implica considerar las
especificidades de las relaciones de dependencia con la vida y el trabajo (dimensión
fundamental en dichas relaciones) en los espacios agrarios, como también las redes
económicas, políticas y culturales en las que los/as jóvenes y sus familias se encuentran
integrados. Hay condiciones estructurales para que esto ocurra, como la distribución
asimétrica del gasto público al interior de las sociedades, que hace que las oportunidades de
educación, empleo y salud sean desiguales entre jóvenes de distintos territorios. Pero en la
naturaleza heterogénea de la juventud entran en juego otros factores como la subjetividad, el
sustrato étnico-cultural, el género, la pertenencia a un estrato socioeconómico dado y el
contexto histórico generacional e intergeneracional de cada joven. Así, por ejemplo, ser joven,
y ser un joven del medio rural, es una condición particular, que no viven igual jóvenes rurales
inclusive de un mismo país (Romero, Juan, 2012).
Será justamente que al hablar de la condición social juvenil, podemos advertir cómo la
variable territorial queda solapada al supuesto de homogeneidad de la modernizante carga
teórica de la categoría “juventud”. El escaso peso demográfico de las generaciones más
jóvenes, la condena a la extinción o inevitable industrialización de las comunidades rurales,
sumado a las transiciones mínimas o moratorias negativas hacia la adultez por parte de los
jóvenes en los espacios sociales rurales, fueron argumentos para justificar su desatención o
falta de estudio. Por lo mencionado, entendemos que la emergencia del fenómeno juvenil en
los mundos rurales es novedoso y reciente, respecto de sus pares urbanos. También, es sabido
que gran parte de este surgimiento se debe al arribo de la escuela secundaria en aquellas
comunidades donde su presencia no supera dos décadas (zonas de frontera, selva, puna, ríos,
comunidades aisladas, etc.). En estos espacios rurales, la forma de juventud hoy conocida, es
un fenómeno muy reciente para comunidades ancestrales pre existente a los estados
nacionales. De esta manera y por causa de las escuelas secundarias, se extiende la transición
a la adultez, pues antes se producía con la finalización de la primaria, ahora la tendencia es
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pasado el secundario. La visibilización y protagonismo de estas nuevas generaciones tiene
diversas repercusiones en los territorios y en sus organizaciones, vemos con el caso que
estamos estudiando, viene a surgir una tercera generación de militantes socio ambiental que se
presentan y auto adscriben desde la generación a la que pertenecen, auto segregándose de las
y los adultos.
Hemos podido conocer en investigaciones anteriores (Rosales, 2021) como el tiempo
libre y las actividades de las juventudes en la esfera pública en los espacios rurales
predominan las relaciones al inter generacionales, con un predominio del control y vigilancia
por parte de la generación adulta, que también se reproduce en los espacios de activismo
social (se presenta la familia y la comunidad en el espacio público). Por otro lado, la
politización expresada en LPA viene a renovar este escenario asambleario, visiblemente
encabezado por adultos, y donde las relaciones de parentesco entre asambleístas también
incide en esta configuración, pues les pibes son las y los nietos e hijxs de quienes comenzaron
hace dos décadas a discutir sobre la contaminación del agua. Es oportuno el aporte de
Maristela Svampa (2019) respecto del denominado giro ecoterritorial de las luchas
ambientales, para profundizar en la politización de LPA, pues la autora señala que se ha
producido una convergencia de matrices que originó el surgimiento de una narrativa común
que da cuenta del modo en cómo se piensan y presentan las actuales luchas socio
ambientales, centradas en la defensa de la tierra y del territorio. Así, Svampa afirma que …
“el giro ecoterritorial hace referencia a la construcción de marcos de acción colectiva que
funcionan al mismo tiempo como estructuras de significación y esquemas de interpretación
contestatarios o alternativos. Dichos marcos colectivos tienden a desarrollar una importante
capacidad movilizadora, instalan nuevos temas, lenguajes y consignas, en términos de debate
de sociedad al tiempo que orientan la dinámica interactiva hacia la producción de una
subjetividad común en el espacio latinoamericano de las luchas” (Savampa, 2019, p. 45). En
este giro convergen, de acuerdo a nuestro caso estudiado, el giro generacional mencionado y
su consecuente construcción de territorios juveniles dentro del activismo ambiental.
Para aproximarnos a esta renovación generacional, tomamos las reflexiones de Bruno
Rodríguez, de Jóvenes por el Clima, en Batthyány y Arata, (2022) señala que el advenimiento
de las juventudes ha contribuido en la resignificación del sentido común de la militancia
socio ambiental en el imaginario colectivo. Este aporte de la juventud tiene que ver con la
ruptura de miradas conservacionistas y abrir paso a la ecología política en clave
latinoamericana con miras a construir narrativas radicales de la ecología profunda. Rodríguez
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afirma que la renovación de la juventud en el tema ambiental, tiene que ver con la
incorporación de otros actores/identidades sociales que no fueron visibles (pueblos
originarios, campesinos, obreros, etc.) destacando allí a las militancias emergentes que
encabezan la juventud, como lo son los feminismos. Luego dirá que es justamente la
intersección de esas luchas sociales las que potencian la existencia de un ambientalismo
popular en Argentina y América Latina. En el mismo sentido, Tomas Rolandi, también de
Jóvenes por el Clima, afirma que los desafíos más importantes que tienen la juventud y el
ambientalismo popular es trascender esas instituciones (del estado) y romper la inercia que
las sostiene. Consideramos que estas reflexiones son un importante marco de referencia para
situar la lucha que han desplegado LPA en el Valle de Uco. Siguiendo con esta idea, nos
acercaremos a las formas y características que ha adquirido este proceso de construcción de
politización de LPA.
Activismo socio ambiental: las asambleas por el agua pura
La lucha medio ambiental en Argentina, en estas últimas dos décadas, viene dando una
fuerte batalla a los embates y avances del extractivismo, la mega minería y la
contaminación/destrucción de los bienes comunes. Los mundos rurales, han resultado ser un
escenario frecuente de estas luchas, muchas veces encabezadas por alianzas entre diversos
actores antagonistas, tales como ambientalistas, pueblos originarios, campesinos, entre otros,
con el fin de poner freno a acciones que ponen en riesgo las vida misma en los territorios. Así,
enunciados nacidos en las asambleas, tales como el Agua vale más que el oro, plasman
claramente la demanda de estos movimientos sociales, el agua es un bien invaluable y que
no se mercantiliza. De esta manera, los movimientos sociales vinculados a la defensa de los
bienes comunes ha ganado visibilidad, voz y legitimidad social, frente a disputa medio
ambiental que el empresariado transnacional y local, junto a la elite gobernante vienen
sosteniendo ininterrumpidamente. A raíz de los embates mega mineros, en la provincia de
Mendoza, se ha configurado un nutrido movimiento asambleario, enrolado en la defensa de la
Ley 7722
vi
y entramado actualmente, en la AMPAP (Asambleas mendocinas por el agua
pura). En este sentido, Wagner afirmar que:
Desde 2005, se visibilizó en Mendoza una férrea oposición a la megaminería, organizada en
diferentes asambleas de vecinos autoconvocados, multisectoriales y otros colectivos que se
organizaron en un frente provincial: Asambleas Mendocinas Por el Agua Pura (AMPAP).
Impulsaron y defendieron la sanción de la ley 7.722, que prohíbe el uso de sustancias tóxicas
en minería. Lograron, junto a otros actores de la sociedad mendocina, que el cuestionado
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proyecto San Jorge, que hubiera sido el primer proyecto de minería metalífera en explotación
en Mendoza, fuera rechazado por la legislatura provincial. (Wagner, 2019).
Durante estos más de 15 años de lucha, numerosas asambleas locales, como las de los
departamentos, en este caso la de San Carlos (en adelante SC), tienen su espacio allí también.
Las asambleas que componen la AMPAP, como organizaciones de base, reúnen en su
conformación numerosos vertientes y tradiciones de lucha y militancia social. De allí que en
el caso de la asamblea de SC, la organización autónoma de LPA vino a manifestar la
necesidad de un mirada generacional y del reconocimiento de la diversidad en la acción
colectiva por el medio ambiente.
Como venimos diciendo, coincidimos con Lucrecia Wagner, quien explica que:
La primera resistencia a un proyecto minero metalífero se generó desde el año 2003 en el
departamento de San Carlos (oasis centro de la provincia), que junto a los departamentos de
Tunuyán y Tupungato conforman el Valle de Uco. Las preocupaciones centrales en relación
a los proyectos mineros a gran escala han sido el consumo de agua, y la potencial
contaminación que esta actividad pudiera provocar sobre los recursos hídricos, debido
principalmente a las sustancias utilizadas (cianuro, ácido sulfúrico, entre otras). En el año
2005, la protesta contra la minería metalífera en Valle de Uco se manifestó en el espacio
público, especialmente a partir de la aparición de los vecinos autoconvocados en algunos
actos oficiales y la realización de manifestaciones masivas sobre la Ruta Nacional N.º 40.
(Wagner, 2019, p. 5).
Es un dato importante a destacar, que la Asamblea de SC fue pionera en la lucha por el
agua pura en Mendoza y poder sostener su acción política en este caso, le supone a este
espacio dos décadas de actividad asamblearia.
En la provincia de Mendoza, la 7722, sancionada en el 2007, representa una conquista
social respecto a la protección y defensa del agua pura. La existencia misma de la ley, asegura
que el agua de la provincia no sea utilizada para emprendimientos destinados a la mega
minería. Como mencionamos antes, existen tres oasis productivos en Mendoza: norte, central
y sur, en el caso de San Carlos se ubica en el centro. Dichos oasis funcionan gracias a la
distribución y manejo del agua, debido a la escasez hídrica. En sentido, coincidimos en
entender la existencia de una fuerte representación social sobre los oasis en la cultura
agrícola mendocina, la “cultura del oasis”. Con este concepto Lucrecia Wagner (2019) define
conjunto de ideas, memorias y conocimientos que han permitido construir una identidad
mendocina ligada a la conformación de los oasis, los cuales constituyen una herencia que
enorgullece a la provincia, ya que los actuales pobladores de Mendoza, especialmente quienes
habitan en zonas agrícolas, destacan que fueron sus antecesores (padres, abuelos, bisabuelos)
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quienes lograron llevar a cabo y mantener oasis agrícolas en un medio árido. Esta cultura del
oasis, que forma parte de la historia de sus habitantes, está fomentada también desde las
instituciones gubernamentales provinciales, principalmente aquellas vinculadas a temas
hídricos y ambientales.
Respecto a este recorrido de lucha medioambiental de las asambleas mendocinas,
Lucrecia Wagner destaca el protagonismo de la asamblea de San Carlos, pionera en la lucha
socio ambiental:
… Como ya fue destacado, actividades de exploración en las cercanías de un área natural
protegida, la Laguna del Diamante, generaron el alerta de algunos habitantes de este
departamento, quienes comenzaron a reunirse para informarse sobre el tema, y decidieron
rechazar la actividad minera en las cercanías de fuentes de agua. Luego de numerosas
actividades de difusión al resto de la población –a las que también se sumaron pobladores de
Tunuyán y Tupungato, y que fueron realizadas entre los años 2003 y 2004–, en 2005 las
manifestaciones públicas para rechazar a los proyectos mineros reunieron a más de 4.000
personas en los alrededores de la Terminal de buses de Eugenio Bustos (San Carlos), por
donde pasa la Ruta Nacional N°40. (Wagner, 2019, p. 7).
El despliegue de activismo socio ambiental en clave generacional
Con respecto al colectivo juvenil que nos ocupa, LPA, tomaremos de referencia
algunos puntos históricos de referencia que dan cuenta del proceso de conformación y
consolidación de este grupo vinculados inicialmente a la lucha por el agua pura en la
provincia de Mendoza al interior del movimiento asambleario. Vemos aquí como el
despliegue de las acciones de resistencia socio ambiental de LPA y su consolidación y
crecimiento son proporcionales a la conflictividad y a la amenaza del poder político sobre los
bienes comunes naturales.
En este sentido, entendemos que existió un momento fundacional a partir del cual
comenzaron a organizarse, y fue en octubre de 2016, en el contexto de embate de la Ley
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por parte del gobernador Alfredo Cornejo … y ahí nos juntamos por primera vez un
grupo de jóvenes a pintar un mural, que lo pintamos en la terminal de San Carlos como
jóvenes autoconovados, así se llamaban en ese momento (L., 29 años).
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Figura 1 - Mural en proceso en la entrada de la Villa San Carlos.
Fuente: Foto gentileza de les pibes autoconvocades.
Otro momento que generó expansión del grupo fue en abril de 2018 cuando el entonces
gobernador Cornejo aprobó el Decreto 248
viii
que habilitaba el fracking en la provincia, de allí
que hubo en San Carlos “una asamblea multitudinaria que se hizo en la terminal de Eugenio
Bustos, luego de una gran movilización y un corte de ruta que terminó con varias personas
imputadas por frenar un camión que transportaba elementos para hacer fracking. (L.)
Este embate sobre los bienes naturales comunes sufrido en el 2018, marca una
profundización en la politización de las y los jóvenes de LPA pues se comienza a dar debate
sobre el fracking a partir de acciones de resistencia concretas que expresaron la acumulación
de fuerza de las asambleas y del pueblo sancarlino, así nos decía uno de sus integrantes:
iba un camión para Malargüe, que supuestamente era del fracking, medio que las y los
estudiantes del terciario Peñaloza que están sobre la ruta 40 decidieron salir a la ruta y
frenar el camión…y ahí se armó manso corte masivo para frenar el camión del fracking, y
ahí se sumó mucha gente, fue zarpado para la asamblea de pibes, porque se sumó mucha
gente…(L., 29 años)
De esta manera, se presenta el despliegue de la politización del grupo como oposición a
fuerzas antagónica, tal como es el caso de las medidas gubernamentales que atentan con la
contaminación del agua. Como parte de este proceso, que tuvo su expresión en la
diferenciación y segregación de la generación joven dentro del movimiento asambleario local,
una joven entrevistada, sancarlina, nos explica porque se sintió interpelada a la acción
colectiva y los aprendizajes que esa experiencia le brindó, principalmente en la toma de
conciencia socio ambiental:
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Creo que la lucha por los bienes comunes naturales es injusto porque se supone que los
gobiernos deberían hacerse cargo de controlar y darse cuenta que algunas actividades no
están bien y no son sanas. Pero a la vez, la lucha colectiva es un hermoso espacio de
crecimiento colectivo y personal. Las asambleas me hicieron crecer mucho, muchísimo.
Aprendí sobre la construcción horizontal, sobre nuevas maneras de vivir y relacionarme, me
dio muchísimo amor porque conocí gente hermosa que, además, me compartió sus
conocimientos sobre este modelo de mal desarrollo que nos ha traído al borde del colapso
ecológico. La lucha colectiva me enseñó desde hacer un compost hasta redactar una
ordenanza municipal. Así de diversa. (L. 26 años)
De acuerdo al análisis de los relatos de les pibes, el año 2019 significo un año
turbulento y con despliegue de un repertorio de acciones colectiva de resistencia de alto
impacto mediático y con respaldo de gran parte de la población sancarlina.
Desde el primer momento en que se supo que venían por el Agua creo que todes nos
sentimos indignades... fue un situación de mucho estrés... vi a mis compas de Les Pibes no
dormir por días pensando en alguna estrategia para hacer..... en la caminata del 2019 yo no
fui por mi bebé pero mis amigues me iban comentando todo... ellxs genixs se la bancaron
mal!!! (A., 23 años)
Estos momentos de mayor enfrentamiento y expresión de la protesta social por parte de
les LPA cobra relevancia en los medios locales, haciendo cada vez más visible este grupo
identificado generacionalmente. De acuerdo a la publicación de “Pibes autoconvocades San
Carlos”, la “marcha más grande de la historia” (como la han denominado) que salió
desde San Carlos y luego pasó por cuatro departamentos de la provincia de Mendoza,
caminando.
Salen de Eugenio Bustos, San Carlos, el domingo a las 8hs para llegar el lunes a las 8hs a la
Ciudad de Mendoza. Vienen a paso de hombre. La gente se va a ir sumando en cada pueblo.
¡Vamos Mendoza! ¡Somos gigantes, somos inmensxs!. ¡A despertar por el agua, por la vida
de nosotrxs, de las generaciones futuras, por la tierra mendocina! ¡Es ahora! ¡A defender lo
que es nuestro, a defender lo que somos! ¡Somos agua pura! ¡Somos guardianxs del agua!”.
(Medovoz, 22 de diciembre de 2019)
Caminar de pueblo en pueblo e ir sumando asambleas hasta llegar a la ciudad, supuso
que familias enteras ocuparan las rutas para desplazarse caminado hasta Mendoza, un
verdadera gesta histórica en la movilización social.
El activismo socio ambiental en clave de diversidad
La politización juvenil, expresada por LPA en los territorios rurales del oasis centro de
Mendoza, en este caso inscripta en la reciente lucha socio ambiental, al igual que los
colectivos juveniles … emergieron al calor y luego de los procesos de movilización que
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surgieron con la crisis fue el trabajo en y con las comunidades, que potenció los procesos
territoriales. Así, la politización generacional vigorizó sus rasgos territoriales expresados en
una diversidad de espacios y prácticas. Las dimensiones estética, expresiva, afectiva,
comunicativa y cultural cobraron protagonismo en tanto capacidades de organizar voluntades
políticas para construir espacios comunes a partir del reconocimiento de las diversidades que
caracterizan los territorios. (Vommaro, 2017, p. 120).
Un punto importante en la construcción de este espacio, ha sido la autopercepción de su
identidad grupal, lo que le permitió definirse generacionalmente, “pibes” y en sintonía con el
movimiento asambleario, reconocerse autónomo pero en clave de lenguaje inclusivo,
“autoconvocades”. Recuperamos aquí el concepto de Identidad colectiva desarrollado por
Melucci (199) quien afirma que es la base para la definición de una expectativa y para el
cálculo de los costos de la acción. La construcción de una identidad colectiva se refiere a una
inversión continua y ocurre como proceso (Melucci, 1999, p. 66). En el mismo sentido, Alain
Touraine (1989) va a plantear que la fuerza y la debilidad de los actores sociales políticos en
América Latina son que esos actores penetren en el espacio político al mismo tiempo que
defienden sus raíces culturales y que son portadores de movimientos sociales. Son una
amalgama de demandas culturales, sociales y políticas que nos hablan de nuevos movimientos
sociales (Touraine, 1989, p. 247).
Haciendo referencia a este movimiento, uno de los jóvenes entrevistados nos decía:
hubieron muchas discusiones sobre como llamarnos, algunes querían ponerle la X, porque
se empezaba a hablar sobre el lenguaje inclusivo. Hasta el 2018 nos llamamos jóvenes, y ahí
se dio una intersección interesante con el feminismo, porque allí coincidió con la lucha por
el aborto, entonces la asamblea se llenó de pibas y llego el lenguaje inclusivo… y se cambió
el nombre de la asamblea con el lenguaje inclusivo….y ahí nos empezamos a llamar pibes
autoconvocades. (L., 29 años)
Con respecto a las reivindicaciones que los unifican generacionalmente, una joven
encuestada dirá cual son tema que motorizan la lucha de LPA:
… otras luchas que también nos identifican como asamblea por ejemplo la legalización del
aborto, el uso de lenguaje inclusivo, la lucha feminista y la lucha por los derechos del
colectivo LGTBIQ+, este rechazo de la sociedad se hace sentir mucho más cuando vivís en un
pueblo tan conservador. (L. 26años)
Vemos aquí la necesidad de construcción acciones juveniles propias, que les
diferencie de la Asamblea por el agua (adultoxs), así lo expresaba otra joven entrevistada:
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se comenzaron a dar entre los grupos de les más jóvenes, en la asambleas de los más
grandes es como que no estaba bueno, como que en su concepto no era…bueno
ahora ya no es así, pero la idea de que el “agua une”, entonces bueno, ahí surge la
idea de formar otra asamblea y ahí si empezamos a tener asambleas propias,
discusiones propias, siempre igual trabajando en conjunto con la otra asamblea,
pero bueno…teníamos discusiones propias digamos…y cuando había mucha gente,
se armaron comisiones….educativa..(A. 23 años)
Este proceso se expresa cuando efectivamente pueden agruparse generacionalmente, a
partir de su conformación inicial dentro de la asamblea autoconvocada de San Carlos:
(…) ahí con el tema de las comisiones, como nos fortalecimos como asamblea y ahí pudimos
entrar a las AMPAP .. pudimos entrar como pibes autoconvocades a las AMPAP I(que es la
que nuclea todas las asambleas de la provincia) y ahí como que nos metimos un poco más en
la discusión técnica… política… de problemáticas socio ambientales, pero siempre fue la
pata artística y super elemento de la asamblea, la pintada de murales, los festivales, de
hecho yo siento que mucha gente se suma a eso, más que al rosqueo político, como que
convoca mucho más pintar un mural que una acción política, pero convoca mucho mas
pintar murales, que una asamblea para rosquear sobre el fracking o cuestiones más
políticas y más técnicas…( entrevista grupal)
En este sentido, la segregación generacional y posterior conformación de LPA se va a
dar frente a la necesidad de expresión de la diversidad misma que el movimiento asambleario
contiene, según lo plantean las y los jóvenes:
Un patriotismo muy exclusivo digamos…y también está ahí la peligrosidad de “el Agua no
une” que peligro! Porque como que todo genera….si, porque nosotres por ahí lo pensamos
que es una discusión política, y hay que generar las estrategias y las acciones para que
pase lo de diciembre bajo el lema “ el agua nos une”, pero a la vez, en el fondo de eso…no
tan al fondo…hay cuestiones racistas, xenofogas, odiante hacia la conunidad LGBT como de
todo…machistas! Asi como…saltan una cantidad de cosas! De hecho nosotres nos fuimos
por eso de la asamblea histórica también, porque la asamblea histórica de SC tiene un gran
componente de varones como… (L. 29 años)
En este mismo sentido, y atendiendo a la necesidad de expresar su propia forma de
construcción política en la lucha medio ambiental desde la diversidad, nos dicen que:
Hasta que nos fortalecimos como grupalidad fue super desgastante, porque nos querían
sacar de la asamblea, nos hacían callar…era super violento y nosotros ahí como que
sosteníamos la mecha hasta que nosotros ahí decidimos huir y armar nuestra propia
grupalidad y si, en algún momento el lema de la asamblea era eso.. nos unía la diversidad,
más que el agua nos une… lo que nos une es la diversidad, de hecho pintamos un mural en
Eugenio Bustos con una frase en ese sentido.
Pero bueno, igual también, les pibes somos todxs blancxs, podemos tener mucho rosqueo,
mucha teorización, pero en lo concreto somos todxs blanques y no hemos convocado a la
asamblea de pibes a las comunidades originarias…. O no hay pibes…pibas trans…en
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nuestra asamblea… si bien tenemos un componente y una diversidad disidente en cuanto lo
sexual y lo genérico … pero no hemos logrado convocar a las y los pibes trans…hay
cuestiones esas que hay que seguir caminando. (L.29 años)
Los relatos ponen de manifiesto algunos aspectos vinculados a la identidad grupal que
aglutina y otros que segregan, aun formando parte de la misma comunidad. Se abren aquí
interrogantes respecto a la composición grupal, pensando la condición étnica y de género,
siendo estas nuevas reivindicaciones que LPA están discutiendo como horizonte político en la
lucha por los bienes comunes naturales.
Despliegue en la política pública local en contexto de pandemia
Nos ocuparemos aquí, respecto de conocer como esas demandas dentro de LPA durante
la crisis de la pandemia se canalizó en la construcción de diálogo con el gobierno local
(Municipio de San Carlos) a través del logro de la Ordenanza 1853/20 de creación del
Observatorio Medioambiental municipal. Esta construcción política tiene una historicidad y
da cuenta del momento en que se encuentra actualmente LPA. De allí que coincidimos en el
informe sobre acciones colectivas de CLACSO (2020), que señala que: “los colectivos
juveniles intervienen de forma activa en la construcción y disputa de sentidos públicos sobre
los acontecimientos, las agendas emergentes de la crisis y la producción de causas militantes
en las que los diversos grupos se involucran durante la pandemia”
Una vez conformadxs como LPA y luego de la fuerza acumulada por la resistencia
popular a la modificación de la Ley 7722 a fines de 2019, este espacio juvenil crece y se
consolida ampliamente. Las y los jóvenes nos decían respecto a este momento clave del grupo
para avanzar con otras estrategias con miras a la incidencia en la política ambiental local:
En el 2019, para mi fue un año en que nos pudimos consolidar un montón como asamblea,
se discutía si era una asamblea o no o era otro tipo de organización…porque ya éramos 7 u
8 que siempre nos veíamos en la asamblea…ya estábamos pensando lo mismo, de la
incidencia política y empezar a pensar en esos espacios desde la disputa y el interés
político. Que bueno, era una discusión super polémica para las asambleas, sigue siendo
polémica, incluso para nosotres, como que en alguno momento de la asamblea, se empezó a
poner ahí en el temario.. .que qué onda con el Consejo deliberante de SC? Que si queríamos
incidir ahí? Cómo podíamos incidir? (L. 29 años)
Este proceso de expansión que se da al interior de LPA va a sostenerse meses
posteriores a la pueblada de diciembre de 2019 con diversas acciones colectivas, como lo
hemos ido mencionando. Como sabemos en Argentina, a principios del mes de marzo de 2020
se decretó el aislamiento social preventivo obligatorio (ASPO) en el marco de las de las
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medidas sanitarias por el COVID-19. En este contexto LPA logran avanzar en la propuesta
presentada al consejo deliberante de la municipalidad de San Carlos, cuyo objetivo principal
es la creación de un Observatorio socio ambiental. Respecto a este momento, uno de los
jóvenes explica:
Como en el 2019 presentamos una ordenanza para la creación de un observatorio socio
ambiental y nos dimos como 6 o 7 meses de discusión con el consejo, y con todos las y los
concejales de todos los partidos, se redactó la ordenanza y se aprobó por unanimidad.
Hubo mucha reflexión sobre ese lugar del consejo deliberante…de cómo lo podíamos
ocupar…si era ocupando cargos en el consejo o era así como lo estábamos haciendo, se
puso en juego esto de que el activísimo es trabajo no pago…de repente estábamos haciendo
un monto de laburo para la gestión municipal … (L, 26 año.)
Es así como en el mes de octubre de 2020 se aprueba la ordenanza municipal Nº1853,
un diario local destaca es acontecimiento, desde la perspectiva municipal:
Hoy, en el Día Mundial del Medioambiente, el Municipio puso en marcha el Observatorio
Socio ambiental, para hacer foco en las principales problemáticas que tiene esta localidad y
trabajar en campañas de forma mancomunada con diferentes actores de la sociedad
conformando una gran mesa de debate. El proyecto se aprobó por unanimidad en el Concejo
Deliberante en octubre de 2020. (El Cuco digital, 05 de junio de 2021)
En la nota no se hace referencia a quienes impulsaron la iniciativa, solo a la mesa de
debate que se conforma en torno al Observatorio y que en la misma ordenanza se detalla.
Además, la propuesta llega desde la misma organización de LPA, tal como lo describe una de
sus integrantes:
Muchas mañanas dentro del concejo u horas extras para darle difusión a la ordenanza y para
hacerla… porque también tiene una perspectiva feminista la ordenanza, tiene muchas cosas
transversales que no se construyeron en dos días, no es que le llevamos una propuesta para
que la armen los concejales (A.)
Esta militancia de tantos meses, en el ámbito de las políticas locales, se sostuvo
también desde claros objetivos y horizontes propios del movimiento asambleario, lo cual, su
espíritu deja en claro la procedencia de la propuesta del observatorio socio ambiental:
… como de ir construyendo consenso con les concejales… pero habían cuestiones que no
las íbamos a negociar…porque por ahí se tendía a hacer…….green washing con la
ordenanza…que fuera una cuestión algo así como super tranqui…eso…lo de la perspectiva
feminista y eco feminista nos costó un huevo meterla ahí, como generar el consenso entre los
concejales, que era importante que este y que pensara las cuestiones ambientales, a la hora
de convocar a las organizaciones de ese observatorio también.. super intensa…que
instituciones tenían que estar? Todo eso fue un gran rosqueo… (A.23años.)
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Respecto a la composición del Observatorio, y el debate en torno a qué instituciones y
organizaciones se sumarían a este espacio, uno de los integrantes de LPA nos explicaba lo
siguiente:
… la asamblea histórica salió a apoyar, nos dieron bola y bancando y las instituciones que
conformaron el observatorio se dieron discusiones porque cada concejal quería sumar su
organización. La discusión sobre qué instituciones debían formar parte del observatorio fue
también un gran tema. (L. 29 años.)
De esta manera, este avance en la política ambiental local, marca un punto de inflexión
en el proceso de politización de LPA, incidiendo en la agenda pública a partir de la
instauración de un nuevo instrumento político, el Observatorio socio ambiental.
Reflexiones finales
Podemos reconocer la emergencia de un nuevo sujeto político en un espacio social rural
auto demarcado por reivindicaciones propias de la generación joven. Que además viene a
aportar nuevas demandas dentro del movimiento ambientalista: el feminismo y la diversidad
sexual, como así también un posicionamiento profundo respecto de la mirada en torno a los
bienes comunes naturales en la provincia.
En este proceso de politización de LPA reconocemos la historicidad de la lucha como
una variable fuerte, pues esta generación joven emerge como relevo de las ya vigentes y
aporta renovadas fuerzas al movimiento asambleario. LPA crecieron junto al activismo social
junto a sus parientes, abuelas/os, padres/madres y hoy cobran protagonismo como grupo
autónomo. De esta manera es espacio político de la asamblea, los cortes de rutas y las
caravanas han sido durante casi 20 años han sido sostenidos por un activismo
intergeneracional y entramado por lazos comunitarios, solidarios y de parentesco, además de
la causa socio ambiental.
Por otra parte, junto a la emergencia de LPA se van consolidando nuevas estrategias
de lucha por los bienes comunes naturales, si bien se desarrollan dentro de un espíritu
comunitario, se logran consolidar otros repertorios con una referencia generacional y cultural
(niñeces y juventudes). Así los murales por el agua pura, los recitales y los parientazos
siguen siendo poderosas y convocantes herramientas que aglutinan a las generaciones más
jóvenes de San Carlos y suman nuevos integrantes a LPA. Aún en la pandemia, logran
avanzar con la aprobación de un Observatorio socio ambiental, creado por LPA con una clara
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expresión feminista, diversa y con una compleja visión en torno a la defensa de los bienes
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i
Este trabajo es un resultado parcial de mi proyecto de investigación en el Pos Doctorado en Ciencias Sociales,
infancia y juventud del CINDE/RED INJU, llamado: Cartografías de territorios juveniles rurales en Sur
América: desigualdades y violencias. Este artículo es una versión extendida del resumen presentado en la 9na
Conferencia Latinoamericana y caribeña de Ciencias Sociales de CLACSO, en Ciudad de México. El
mencionado resumen se llamó Resistencia socio ambiental de las juventudes rurales en Mendoza/Argentina.
ii
Quiero agradecer especialmente Lucas, Ludmila y Ailen quienes amablemente colaboraron con sus testimonios
y me facilitaron información, documentos y registros.
iii
Hacemos referencia a una semana en la que se produjeron cacerolazos, asambleas barriales, saqueos y
enfrentamientos con la policía, principalmente en la Ciudad de Buenos Aires y también en las provincias de
Argentina. Si bien el pueblo salió a las calles bajo el lema “que se vayan todos” (haciendo referencias a
políticos y jueces) durante esos días hubo estado de sitio y represión policial con el saldo de una masacre en
Plaza de Mayo. El repertorio de protestas se centró en los cacerolazos en las ciudades, también las asambleas de
vecinos y los “piquetes” en rutas y avenidas por parte de los movimientos de trabajadores desocupados.
(Giarraca y Teubal, 2007).
iv
Se habla de oasis debido a las condiciones de extrema aridez del clima, la agricultura es posible gracias al
sistema de riego que se concentra en los oasis antes mencionados. Fuera de ellos la producción suponen de otros
costos e inversiones que requiere de una inversión de capital que asegure el riego, lo que no siempre es posible
para los productores locales, de allí que sean hoy los empresarios internacionales de la industria vitivinícola
quienes inviertan en plantaciones de altura por fuera de los oasis.
v
Utilizamos esta fuente por ser el censo nacional vigente, debido que el último que se realizó este año aún no se
publica sus resultados.
vi
Ley provincial sancionada en junio de 2007, que en su esencia prohíbe la mega minería y periódicamente
sufre intentos de modificación o derogación por parte de los gobernantes que responden a estos intereses. La
reacción popular frente a estos embates ha instalado un sentido común en las representaciones colectivas del uso
del agua en Mendoza que no logran avanzar con ese discurso.
vii
Esta Ley provincial Nº7722 es la ley popularmente llamada guardiana del agua, es la principal herramienta
jurídica que le pone un límite a la explotación minera y de hidrocarburos. De allí la relevancia de esta ley para
el pueblo mendocino. https://argentinambiental.com/legislacion/mendoza/ley-7722-prohibicion-sustancias-
quimicas/
viii
Este Decreto pasaba por alto la Ley 2277, echando por tierra todo resguardo sobre la no contaminación del
agua al gobernador permitir y procedimentar la exploración de hidrocarburos por medio del fracking.
https://www.mendoza.gov.ar/salud/wp-content/uploads/sites/34/2018/04/2-Decreto-Reglamentario.pdf
Rosales, C. D. (2023). Politización de las juventudes rurales en el activismo socio ambiental (Mendoza, Argentina)…
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Informações do Artigo / Article Information
Recibido en: 17/10/2022
Aprobado en: 23/03/2023
Publicado en: 27/05/2023
Received on October 17th, 2022
Accepted on March 23th, 2023
Published on May, 27th, 2023
Contribuciones del artículo: La autora fue responsable de todas las etapas y resultados de la investigación, a saber:
preparación, análisis e interpretación de los datos; redacción y revisión del contenido del manuscrito y; aprobación de la
versión final publicada.
Author Contributions: The author was responsible for the designing, delineating, analyzing and interpreting the data,
production of the manuscript, critical revision of the content and approval of the final version published.
Conflictos de interesses: Los autores declaran que no existe ningún conflito de interesses em relación com este artículo.
Conflict of Interest: None reported.
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Como citar este artigo / How to cite this article
APA
Rosales, C. D. (2023). Politización de las juventudes rurales en el activismo socio ambiental (Mendoza, Argentina). Rev.
Bras. Educ. Camp., 8, e15035. http://dx.doi.org/10.20873/uft.rbec.e15035
ABNT
ROSALES, C. D. Politización de las juventudes rurales en el activismo socio ambiental (Mendoza, Argentina). Rev. Bras.
Educ. Camp., Tocantinópolis, v. 8, e15035, 2023. http://dx.doi.org/10.20873/uft.rbec.e15035
